dilluns, 30 de novembre del 2009

Giuseppe Pellizza da Volpedo (artista italiano)- Simbolismo, realismo, divisionismo... Volpedo 1868-1907








El más joven de los divisionistas italianos, fue considerado un artista menor por la crítica contemporánea, sobre todo a causa de sus compromisos políticos y sociales. Este juicio, absolutamente superficial, fue admitido también por críticos posteriores.
Sólo en época reciente ha sido revalorizada su obra, y hoy podemos observar con ojos distintos los cuadros de este gran artista, que puede ser equiparado a un Géricault, a un Daumier o a un Courbet.
He aquí lo que escribió el propio Pellizza:

" Los procedimientos internos por los cuales un artista pintor nos da una de sus obras oueden tener dos motivaciones: o la idea concebida, la cual el artista busca de la naturaleza las formas adaptadas para representarla, o la visión casual de formas de la naturaleza que determinan en él la idea."
Encabezamiento: El Cuarto Estado.
1) L'amore nella vida.
2) La Piazza di Volpedo
3) Mammine.
4) Recuerdo de un dolor
5) Família de emigrantes

6) El espejo de la vida
7) El sol.



4) RECUERDO DE UN DOLOR.
Nacido en Volpedo, un pueblecito en una colina en la provincia de Alessandria, en 1868, frecuentó la Academia de Brera en Milán, luego la Academia de Bellas Artes en Roma.
Este cuadro, que se encuadra en la corriente del realismo europeo, posee colores fluidos en la mezcla y en la ejecución, y un dibujo preparatorio muy sólido.
El mismo cuidado, el mismo amor puesto en la pintura de la mujer, su expresión triste y pensativa, se encuentra también en todos los demás detalles de la pintura, desde la madera del sillón hasta el pensamiento en el libro.

Como pintor analítico que era, no deja nada al azar, los borrones de pintura de algunos de sus cuadros (obtenidos pasando un pincel seco sobre el cuadro ya terminado) funden los tonos y determinan el cuadro con sólo cuatro o cinco tonos generales. No conozco ningún otro pintor de aquella época que se haya atrevido a tanto.
El emborronamiento es en sí un acto revolucionario, generado por un deseo profundo de cambio. Este deseo empuja al artista a "destruir" lo que ha construido con tanto rigor, para hacer nacer en su obra una emoción nueva, dinámica profunda. Esta nueva construcción consigue comunicar el dolor y el tormento del artista, que se pueden percibir incluso en una simple naturaleza muerta con uvas (Cuadro en donde se puede apreciar esta técnica, que no lo he podido encontrar). (Fuente: Manual práctido de la pintura al óleo- Ettore Maiotti- EDUNSA 1989 / Y La Ciudad de la pintura.

dimarts, 24 de novembre del 2009

ODILON REDON (SIMBOLISMO)- Burdeos 20-4-1840/ 6-7-1916



RETRATO DE VIOLETTE HEYMANN
Encontramos en este pastel dos elementos típicos del arte de Redon: la naturaleza vegetal y la naturaleza humana, las flores y el retrato femenino. Sin duda, en la historia de la pintura, no escasean los retratos femeninos en los que la modelo está representada sobre un fondo de flores, desde Monet o Renoir hasta Klimt. Pero aquí la relación entre el fondo florido y el personaje es diferente: las flores y las hojas no sirven de decorado o de corona a la figura femenina, sino que son protagonistas del cuadro; juegan el mismo papel, tienen la misma importancia que el personaje, en una estructura compuesta por dos bandas verticales: en la de la izquierda destacan las corolas y las hojas, suspendidas sobre el fondo gris en una especie de hormigueo de burbujas y de toques de color; en la de la derecha se halla el perfil delicado de Violette. La combinación de los tonos del grupo floral, de una variedad increíble, hace juego con la tez delicada de la mujer y el tono verde pálido, casi transparente, de su vestido, que resalta la fiesta de colores que discurre tras ella.
En este pastel delicado y personal, Redon muestra su deseo de penetrar en la magia de la creación a través de la relación con la naturaleza, la imaginación y la emoción. En Redon el talento artístico va acompañado de una capacidad de reflexión, de una facultad tan grande para mirar la vida y el mundo con la lucidez de un visionario que, al contemplar sus cuadros no se puede olvidar lo que hay en el origen de su creación. Esta lucidez engendra una profunda melancolía, que se halla en todos los temas y las imágenes del artista: se encuentra en los monstruos de sus pesadillas, imágenes de un pavor y un horror arcaicos, y también en las imágenes familiares, las representaciones de lo cotidiano. Este sentimiento lo encontramos no sólo en la poesía de quien fuera su amigo, Stéphane Mallarmé, cuya obra aparece impregnada de una angustia eterna, sino también en la música de otro gran artista venerado por Redon, Richard Wagner. Esta dolorosa y ligera melancolía marca el perfil de Violette y el mundo mágico de la naturaleza. (Fuente: Entender la pintura. Ediciones Orbis, S. A. 1989)

Encabezamiento: Dos amantes en una barca



Apunte biográfico
Francia.(1840-1916)
Nació en Burdeos en el año 1840, a los siete años realizó una visita al museo del Louvre, de la cual salió tan impresionado que decidió convertirse en artista. En busca de su medio de expresión comienza estudiando acuarela en Burdeos. Conoce entonces a un botánico que le inspira un gran amor hacia la naturaleza, que ya nunca le abandonará. En 1857 comienza sus estudios de arquitectura y escultura en su ciudad natal. Al año siguiente se inicia en la técnica del aguafuerte. En 1870 se instala en Montparnasse y se vincula estrechamente a Corot, Courbet y, sobre todo, a Fantin-Latour que, presintiendo su camino, le conduce al Louvre y le da las primeras lecciones de litografía.

En 1880 se casa con Camille Fargue, con quien formará una idílica pareja y un apacible hogar que verá nacer a dos hijos. Redon, intimista, introvertido, plasma lo que convive con su intimidad: los jarrones que soportan espléndidos ramos de flores, las imágenes que surgen de sus sueños, visiones y pesadillas, siguiendo la ruta de Füssli y Blake.

Participó en la última exposición impresionista de 1886. Con todo, permaneció desconocido buena parte de su vida, hasta que en 1899 uno de sus admiradores organizó una exposición-homenaje al pintor. Fue entonces cuando la crítica le alabó y le consagró oficialmente. Buscando un mayor contacto con la naturaleza, Redon se instaló en Bièvres, cerca de París, inmerso en su intimidad personal y familiar, consagrado a su contemplación, a sus sueños, a su honda meditación en torno a lo sencillo y lo fantástico, hasta su muerte en 1916. (Fuente: La Ciudad de la Pintura)

divendres, 13 de novembre del 2009

PAULA MODERSOHN BECKER (Expresionismo alemán, Dresde 1876-1907) - (continuación)



Paula Modersohn-Becker


(Dresde, 8 de febrero de 1876 - Worpswede, 21 de noviembre de 1907) fue una pintora alemana, y una de las representantes más precoces del movimiento expresionista en su país. Originaria de Dresde, Paula Becker se comprometió en estudios de pintura y reunió a artistas independientes en el pueblo de Worpswede, no lejos de Bremen, que predicaba un retorno a la naturaleza y a los valores simples de la gente campesina. Allí se casó con el paisajista Otto Modersohn. La falta de audacia de los pintores de Worpswede, la empujó a usar inspiraciones exteriores y a efectuar repetidas estancias a París.

Los catorce cortos años durante los cuales Paula Modersohn-Becker ejerció su arte le permitieron realizar al menos setecientos cincuenta lienzos de pintura, trece estampas y cerca de un millar de dibujos. Su estilo, particularmente único y original, es el fruto de múltiples influencias, a los confines de la tradición y de la modernidad. Su pintura presenta aspectos que mezclan el impresionismo de Cézanne o Gauguin, el cubismo de Picasso, el fauvismo, el arte japonés y el renacimiento alemán. La fuerza expresiva de su obra resume sólo los principales aspectos del arte a principios del siglo XX. Paula Modersohn-Becker murió a los treinta y un años. Actualmente, la artista, es poco conocida más allá de los países germanófonos.


LA COLONIA ARTÍSTICA DE WORPSWEDE

Tumbas pantanosas
1900 a 1902 (54,1 x 33 cm)Los artistas que se habían instalado en Worpswede en 1889 reivindicaban su independencia frente a las grandes academias artísticas. Eran, la inmensa mayoría, antiguos alumnos de la Academia de las Bellas artes de Düsseldorf, una institución hecha famosa algunos años antes por Wilhelm von Schadow. Como muchos jóvenes artistas del siglo XIX consideraban a las academia de pinturas como instituciones oficiales y a sus antiguos amos como un ojo critico. Al establecer esta jubilación simbólica a Worpswede, aspiraban dar un lugar renovado y regenerado a la naturaleza en sus obras, al igual que lo habían hecho antes de ellos, Théodore Rousseau y su escuela de Barbizon. Los pintores de Worpswede deseaban ejercer su arte en plena naturaleza, sin artificios y en toda simplicidad, con el fin, en particular, de dar una imagen favorable de la población campesina, que juzgaban de una pureza aún original y no corrompida por la civilización.

Una profunda amistad nació progresivamente entre Paula Becker y Clara Westhoff, una joven mujer que quería convertirse en escultora y seguía a Mackensen en cursos de dibujo y modelado. Aunque Paula, al principio, había adoptado una actitud más bien reservada frente a los artistas de Worpswede, los vínculos se establecieron imperceptiblemente a partir de marzo de 1899, en particular con su futuro marido Otto Modersohn y con Heinrich Vogeler. Se cree que Paula realizó varias estampas con la técnica de aguafuerte, durante el verano de 1899, la estricta disciplina que imponía este trabajo gráfico no le gustó, al igual que las dificultades vinculadas a la utilización de técnicas de grabado. Las clases dadas por Fritz Mackensen fueron de gran ayuda para el comienzo de Paula Becker y para la expansión de su talento. Desde los finales del 1898, no obstante, la joven mujer comenzó a sentir que este profesor no era el apropiado para ella. Su propio estilo, que tendía cada vez más a la simplificación de las formas y los colores, encontraba poco apoyo en Worpswede. Por otra parte, cuando Paula participó en algunas exposiciones en 1989, las críticas de las que fue objeto terminaron por convencerla de que su pintura quedaba marginada en la evolución de la cultura alemana. del Weser-Zeitung del 20 de diciembre de 1899 se puede rescatar el siguiente análisis de dos obras expuestas:

«Para calificar este trabajo, los recursos de una lengua pura no son suficientes, y nos negamos a utilizar una impura. Digamos que si una actividad creativa del mismo orden se hubiera ilustrado en los ámbitos del teatro o la música, y si además hubiese tenido la insolencia de aventurarse sobre escena o en la sala de un concierto los silbidos y los abucheos, habrían hecho poner término a tal grosera mascarada»
Ciertamente, artistas como Max Slevogt, Lovis Corinth, Max Liebermann o Wilhelm Leibl conocían entonces sus primeros éxitos en Munich y Berlín. En general, Alemania siempre se caracterizó por la soberanía de los salones de pintura y por la omnipresencia del arte académico, y por otro lado París brillaba por la apertura y la innovación de su vida artística. Paula Becker, desde su estancia en Berlín, deseaba sobre todo descubrir y visitar la capital francesa.

LA PRIMERA ESTANCIA ARTÍSTICA EN PARÍS.
Es en la noche del 31 de diciembre de 1900 que Paula tomó caminó rumbo a Francia. Al igual que Roma había sido un gran centro de atracción para todos los artistas alemanes a principios del siglo XIX, París entonces se había vuelto el lugar de encuentro por excelencia de todas las corrientes artísticas europeas. Varios artistas alemanes muy conocidos, como Emil Nolde, Bernhard Hoetger o Käthe realizaron entancias más o menos largas. En cuanto a Clara Westhoff ( la amiga de Paula, en la ciudad de Worpswede), ya se encontraba aquí desde fines de 1899, animada por la esperanza de convertirse en alumna de Auguste Rodin.


Paula Becker pudo hacer este viaje financieramente, puesto que seguía beneficiándose de la ayuda de sus padres y el resto de su familia. Se instaló en el número 9 de la calle Primer Campaña, en el distrito XIV de París, y adornó su pequeño estudio de cajas y algunos muebles desalojadas en un rastro. Paula fue a seguir las clases de la Académie Colarossi en el Barrio Latino de París, porque esta última ofrecía la ventaja de aceptar a las mujeres, y volvió a examinar los museos como lo había hecho en Berlín. Sola o en compañía de Clara, frecuentaba las exposiciones y galerías artísticas para familiarizarse con la pintura moderna francesa. Clara Westhoff reporto más tarde algunas anécdotas vinculadas a este período, como, por ejemplo, la visita hecha al vendedor de arte Ambroise Vollard, la profunda fascinación sentida por Paula hacia la obra de Paul Cézanne, en aquel entonces completamente desconocido. Según la historiadora del arte Christa Murken Altrogge, Paula Becker fue la primera artista alemana que percibió el talento revolucionario de este pintor. En una carta con fecha del 21 de octubre de 1907 dirigida a Clara, Paula escribía muchos años más tarde que Cézanne:

«es uno de los tres o cuatros grandes amos que tuvieron sobre mí el efecto de una tormenta.»
Paula Becker asistió a la gran exposición organizada por el movimiento nabi en París. Este grupo artístico, profundamente influenciado por las estampas del arte japonés, ponía énfasis en las superficies y en los colores caprichosos, cuyo objetivo no era reflejar exactamente la realidad sino cerrar un significado propio.

Desde el mes de abril de 1900 se celebraba la Exposición Universal destinada a conmemorar la llegada del nuevo siglo. Este acontecimiento fue la ocasión de venir en París para Fritz Overbeck y el paisajista Otto Modersohn, que llegó en junio. Paula Becker ya conocía a Otto y, ya admiraba su trabajo en Worpswede, apreciaba mucho a este hombre once años mayor que ella. En aquel entonces Modersohn estuvo casado con Hélène, quien estaba mal de salud hecho que la retuvo en Worpswede, muriendo en la corta estancia parisina de Otto. La tragedia precipitó la vuelta de Modersohn y Overbeck a Alemania. Dos semanas después Paula y Clara regresaron a Worpswede por que el dinero con el que contaban se agotaba. (Fuente Wikipedia)

dimecres, 11 de novembre del 2009

PAULA MODERSOHN-BECKER /Expresionismo alemán. Dresde (1876-1907)







Siglo XIX - Paula Modersohn-Becker nació en Dresde en 1876. Pintora y precursora del expresionismo alemán. Perteneció a una familia muy culta y recibió una esmerada educación. Estudió en Bremen, donde se habían trasladado y luego en Londres.


Se interesó por la pintura, pero por ser mujer, no tenía acceso a las academias de Bellas Artes, por lo que, en 1897, a los 21 años viajó a Worpswede para cursar clases de dibujo y pintura en la Asociación de los Artistas Berlineses. Worpswede era una colonia de artistas del impresionismo y expresionismo, en el norte de Alemania.

Su primera exposición en 1899, en un museo de Bremen, tuvo críticas despiadadas. Viajó varias veces a París, donde el impresionismo de Cézanne y Gaugin, el fauvismo de Matisse, el cubismo de Picasso, la impresionan e inspiran. La fuerza de sus pinturas presentan la influencia de todos estos movimientos.

Se casó con otro paisajista Otto Modersohn en 1901, quien ya tenía una hija. Paula tomó como modelo a esta niña, para una serie de retratos. A pesar de que su esposo la alentaba en su trabajo, Paula sentía la falta de comprensión en la profundidad de su obra y su necesidad de ser más audaz y creativa. Los motivos de la naturaleza y la gente sencilla de la campiña, altos cielos, paisajes con lunas desvanecidas y ocasos de sol, ya no la satisfacían como artista. Quería ampliar sus horizontes.

En 1906 Paula dejó Worpswede y volvió a Paris. Allí el escultor Bernhard Hoetger, valoró su obra y la animó a estudiar anatomía. Además de pinturas de naturaleza muerta, se dedicó a las pinturas de desnudos, de la maternidad, hasta autorretratos enteramente desnudos, toda una revolución para la época. Desplegó todo su potencial en sus obras, sus cuadros más modernos, saturados de color, abarcan cerca de setecientos cincuenta pinturas y cerca de mil dibujos.

Su esposo viajó a París para estar juntos y en 1907 volvieron a Worpswede, pues Paula quedó embarazada. A los pocos días de nacer su niña, murió en 1907, víctima de una embolia pulmonar, a los 31 años de edad.

Despúes de su muerte se han hecho varias exposiciones con sus lienzos. En 1927 abrió sus puertas el museo que lleva su nombre, en Bremen. Su hija fundó en el año 1978 la "Fundación Paula Modersohn-Becker".

Encabezamiento: Autorretrato.
1) Mother and child lying nuder.
2) Nursing Mother.
3) Cochecito de niño con cabra.
4) Autorretrato con rama de canela.
5) Autorretrato delante de árboles floreciendo.
6) Naturaleza muerta con cántaro amarillo.



Fuente: Mujeres que hacen la historia. Breves biografías (blog)- Y La Ciudad de la Pintura.

dimecres, 4 de novembre del 2009

PIERRE BONNARD "Los Nabis"






o) Encabezamiento del blog: Terraza en Vernon.
1) Ramo con mimosa.
2) Desnudo en la bañera

3) La mesa y el jardín.
4) L'Automne et les Vendanges.(Fuente: La Ciudad de la Pintura)

3.- LA MESA Y EL JARDÍN.

En la luz de este interior destaca el tono violeta de la mesa, con sus variaciones y sus reflejos, realzado por la franja azul que refleja el tono cargado del cielo, más allá de la ventana, con el arabesco de la vegetación del árbol florido; a la derecha se enciende la mancha roja de las flores e, inesperada la franja reflejada sobre la mesa.
Nada extraordinario, un simple comedor, una ventana que da a un jardín, la imagen de un día cualquiera... Ante esta obra de Bonnard debemos preguntarnos si el tema está dentro o fuera: en el comedor con la misteriosa presencia de la figura a la derecha, con la mesa en la que están dispuestos ordenadamente los vasos, la jarra, las copas, o quizá en el jardín que vemos más allá de la ventana. Tal vez debamos preguntarnos si se trata de un universo único el que está más allá y más acá del marco, el que vive en la realidad y en los objetos de todos los días y en la libertad de la naturaleza, del verde, del cielo y del mar. Probablemente Bonnard quiere destacar aquí también el milagro de lo cotidiano.
Y es precisamente este milagro el que nos aparece en la figura humilde y misteriosa junto a la ventana, detrás del jarrón de flores, envuelta en el ambiente de un interior cualquiera...
También el encuadre quiere ser lo más sencillo y natural posible: la ventana está vista de frente, y su reflejo se proyecta sobre la mesa en un juego de tonos de color. Es el encanto del "cuadro en el cuadro", de la ventana abierta sobre el espacio que se abre más allá de la tela y que continúa hacia el espectador; no tanto en la búsqueda de la perspectiva como en la intención de presentar el microcosmos cotidiano. (Fuente: Entender la pintura. Ediciones Orbis S.A. 1989)
Francia. (1867-1947)

Nació en Fontenay-aux-Roses, cerca de París, en 1867. Estudió en la Academia Julien de París.

Destacó como pintor intimista, ya que sobre todo pintaba escenas de la intimidad doméstica, pero también realizó cuadros sobre desnudos, bodegones, autorretratos....... todos ellos llenos de luz y color.

Falleció en Le Cannet, al sur de Francia, en 1947. (Fuente: La Ciudad de la Pintura)